Se respira un ambiente cargado. La tensión aumenta por minutos y esperar hasta el miércoles se nos antoja esperar una eternidad. Desde toda Alemania acuden manifestantes a Mainz. El Ministerio del Interior y la policía han montado un dispositivo sin precedentes. Repito: absolutamente sin precedentes. Imagínense una ciudad como Madrid en la que se cerrasen a cal y canto el entorno de Moncloa, la Castellana, entorno de Cortes y todo el entorno de Prado, con cordones de seguridad de 2000 metros. Caos. Se nos recomienda evitar, a partir de mañana por la tarde, acudir a la ciudad. Las autopistas hierven de policías desde hace ya dos días.
Los chicos progres se lo toman con calma. Recomiendan el tren. Ya se sabe que a este tipo de reuniones multitudinarias no basta con llevar el molotov y el tirachinas, no. Hay que ir con la motivación adecuada. Pues bien, de la motivación se encarga un tal Hasecke que oportuna mente en estos días presenta su gran obra literaria:
Menos mal que en este país aún quedan dos o tres personas sensatas que han decidido acudir en esta ocasión a contramanifestarse. Les deseo suerte, pues sé de buena tinta que la mayoría no llevan ni tirachinas ni molotovs. Sólo carteles como éste:
Seguiremos informando.