Heinrich Heine escribió: “Cuando pienso en Alemania de noche, pierdo el sueño». Heine era un agudo observador del Estado alemán de su tiempo. Un vistazo a la Alemania actual no debería robar el sueño a nadie pero sí animar a la cólera activa.
Los números cantan: 121 Refugiados se suicidaron y 493 lo intentaron (muchos de ellos resultaron heridos graves) ante la amenaza de deportación inmediata. La policía de fronteras germana reconoce de forma oficial (actas judiciales) que 234 Personas fueron objeto de medidas coercitivas físicas (tortura ?) durante la deportación. Cinco refugiados fallecieron en los medios de transporte durante la deportación. Tras la deportación, en sus países de origen, fueron asesinadas 21 personas.
Según un estudio de la asociación «Antirassistischen Initiative e.V.» se cometieron abusos y torturas sobre 361 refugiados en sus países de origen tras la deportación. El informe contiene otros detalles dignos de mención. En total, durante los diez últimos años, y gracias sólo a las medidas del gobierno Alemán, han fallecido 302 refugiados, a los que hay que añadir los 78 civiles extranjeros asesinados por extremistas en la propia Alemania. Lógicamente a estos y otros números no se les da publicidad mediática. Oficialmente esto no existe en la República Federal.
El último estudio de la EUMC (instituto que se destina a la observación del racismo y de la xenofobia en la UE) demuestra el aumento del antisemitismo en Europa. Para Alemania, el estudio entre 1999 y el año 2000 constata un aumento de las acciones antisemitas en torno al 70%.
El estudio demuestra asímismo que en Alemania y Holanda, al contrario que en Francia o Gran Bretaña, se da una «escasa participación de fuerzas islamistas» en los atentados antisemitas. En efecto, el antisemitismo es en Alemania un fenómeno propio. De echo, muchos antisemitas alemanes son también «antiislamistas» rigurosos.
Ddesde una perspectiva liberal la raíz del problema radica en la pérdida del respeto por los derechos de las personas, del individuo. Los valores del «Occidente cristiano» se enfrentan al “Judío porque sí” y al «Islam primitivo». Mal camino éste. Si a ello añadimos las alarmantes corrientes de pensamiento unitarista en torno a los valores “socialdemócratas” y estatalistas (no hay más que leer la Constitución europea para darse cuenta de ello), obtenemos un cóctel explosivo al que casi nadie presta atención. Después, como siempre, será tarde.
Referencias :
Hagalil, uno de los más importantes portales de « observación » del fenómeno antisemita en Alemania.
EUMC, Centro Europeo de Documentación del Racismo y la Xenofobia.