…en su magnífico artículo publicado hoy en ABC (me pregunto porqué no lo publica en El País).
No comparto todas las ideas programáticas del PP, porque me reservo, vanidoso en mi criterio como soy, el derecho de disentir allí donde creo que debo hacerlo. Pero hoy Rajoy nos explica las razones de su política nacional de una forma tan meridiana, tan fundamentada, que no me queda más que decir: chapeau. Ya en el discurso de réplica durante el debate sobre el Plan Ibarreche mostró sus cualidades de orador parlamentario, su valor en la defensa del interés nacional y su capacidad de concrección a la hora de discernir causas y efectos, causantes y afectados. Qué duda cabe que, a fuer de ser sincero, Mariano Rajoy no es mi candidato favorito en el seno del PP. Rodrigo Rato o Esperanza Aguirre encajarían mejor en lo que yo creo que debe de ser el regeneracionismo liberal de la derecha española. Pero es quien hoy lleva las riendas del partido y, de momento, con acierto casi siempre.
De su artículo de hoy les dejo algunas frases. Más que nada porque quiero que queden como testimonio en este blog, para poder ser leídas de vez en cuando, ayudando a la memoria.
«… Porque, de repente, todo parece posible, inquietantemente posible. Hasta hace cuatro días, estábamos muy orgullosos de una Transición que tantos han considerado modélica; mostrábamos al mundo el flamante texto constitucional que nos convirtió en ciudadanos libres; …»
«… De repente, descubrimos que habitamos otro planeta. No nos habíamos dado cuenta, pero la situación de España era muy insatisfactoria. Gracias a la propaganda del Gobierno, hemos podido saber que no hicimos bien la Transición, que nos urge corregir el texto constitucional y que ¡oh, incuria de gobernantes distraídos!, los estatutos de autonomía se les han quedado cortos a los nacionalistas. Es preciso, pues, moverlo todo…»
«… lamentamos profundamente tener que rechazar el Plan Ibarreche, pero comprendemos que ustedes, en el fondo, tienen razón; hacen bien en quejarse porque no hemos sabido resolver su problema. En otras palabras: el señor presidente piensa que existe un conflicto vasco que está mal arreglado y que la culpa es de quienes no hacemos caso de Sabino Arana…»
«… España, la nación española, es algo más que un diseño caprichoso, maleable, a disposición de cualquier ingeniero constitucional voluntarioso. Es una realidad obstinada que nadie podrá cambiar a su capricho. No ha nacido al calor de una mente visionaria, sino de los avatares compartidos a través de una larguísima historia.
No existe nación moderna con más solera, y los españoles, la realidad tangible de esa nación, no consentirán que se dilapide caprichosamente su patrimonio de siglos ni el marco de su historia, el depósito de su tradición cultural, la crónica de su aventura en el mundo…»
Se abre el turno de réplicas.