Hace unos días moría asesinado uno de los personajes más influyentes del mundo de la moda alemana, Rudolf Moshammer. Tras sólamente dos días de pesquisas anunciaba la policía germana, llena de orgullo, la detención del presunto asesino. Todos se preguntaron: dos días? Como es posible? Es tan buena nuestra policía criminal ? La respuesta la dió el mismo fiscal unas horas más tarde: el presunto asesino había sido detenido gracias a unos análisis de ADN (DNA). Automáticamente se reavivó la polémica sobre dichos tests. No en balde toda Alemania se había enconcontrado inmersa durante semanas en una discusión sobre el mismo tema, los análisis de ADN, en este caso aplicados a confirmar paternidades “difusas”. Todo parecía indicar que, como era lógico (en este país el estado siempre ha tenido mucho que decir), la conclusión debía de ser la más social: no tendrán validez jurídica análisis realizados por particulares. Las personas carecen del derecho civil a conocer quién es su padre (o quién es su hijo-a), sólo el estado puede ordenar el esclarecimiento de los casos de paternidad dudosa y sólo el estado puede juzgar en qué casos ello es necesario. Viva la socialdemocracia.
Los que lógicamente pensamos que podemos hacer con nuestro DNA lo que nos dé la gana, siempre que con ello no limitemos la libertad del prójimo, no quedamos con la boca abierta y patidifusos.
Pues bien, apenas había yo podido removilizar mi articulación mandibular (ya se sabe, en boca cerrada no entran moscas), matan al pobre de Moshammer, detienen al individuo que lo mató y nos cuentan, ahora desde la derecha germana, que ese es el camino. Todos a comisaría a dejar una salivita, porque los tiempos de la huella dactilar han pasado, viva las prueba del DNA.
Desde el punto de vista de los criminalistas se estaría hablando del paraíso terrenal: detenciones más rápidas, menos casos sin esclarecer, mejora de los controles selectivos y preventivos de inmigrantes delicuentes, menos personal. Jauja, vaya. Orwell?
Pero no debemos dejarnos llevar al engaño. Esto no acaba aquí. Y lo dice alguien que está de algún modo involucrado en el tema ( el que escribe es investigador y desarrolla un sistema no genético de detección precoz de enfermedades) y escucha, por ello, muchos comentarios que le dejan helado.
-Un empresario: “ hombre, G., lo mejor sería implantar tu sistema en las empresas, así podríamos hacer una selección del personal altamente cualificado. Ya sabes, un ejecutivo enfermo sólo cuesta dinero….”
-Un presidente de una aseguradora: “ esto es fantástico, si su método tiene una validez del 80%, nos ahorraríamos el 20% de costes en seguros de vida…”
Que porqué sigo siendo un investigador pobre en una pequeña empresa? No creo que necesite dar explicaciones.
En Alemania se impondrá el test de DNA para delincuentes primero, para civiles después (es sólo por el bien de la sociedad, para protejernos, dirán) y no tardando mucho, los laboratorios privados empezarán a realizar test por encargo. Empresas y aseguradoras ya se están frotando las manos.
El portavoz del partido « liberal » alemán (FDP) ya nos lo ha dicho bien claro:
“Baden-Württembergs Justizminister, Ulrich Goll (FDP), sprach sich im FR-Interview dafür aus, die rechtlichen Möglichkeiten für die Anordnung zur Registrierung von Genmaterial auszuweiten. «Die Frage ist, ob man speichern kann, wenn einer eine Reihe von Vortaten hat, die in ihrer Summe erheblich sind. Diese Frage würde ich eindeutig mit Ja beantworten.»
El Ministro de Justicia de Baden-Württemberg, Ulrich Goll (FDP) se manifestaba en una entrevista al FR a favor de ampliar las posibilidades legales de registro de material genético. „La cuestión es, si se deben registrar los datos de quienes son reincidentes y cuyos delitos se consideren graves. Esta cuestión la respondería yo con un si rotundo”.
El primer paso, ya digo. Una pena.