El caso de José Carrillo, rector de la Universidad Complutense, es paradigmático de la reacción que está suscitando, entre quienes ostentan el poder en las universidades, la reforma impulsada por el ministro Wert. Lo explico en un artículo publicado por Libertad Digital este fin de semana, cuyo enlace es el siguiente:
http://www.libertaddigital.com/opinion/mikel-buesa/la-insurreccion-del-doctor-carrillo-64559/
Hace tiempo que sigo las reflexiones de los profesores universitarios expañoles… no residentes en España, y la pequeña conclusión que me permito compartir es la siguiente.
La universidad pública en España se comporta exactamente igual que cualquier otro sector que haya sido fagocitado por o asignado a «lo público», se justifica en el buenismo, tiene un discurso basado en la autoimportancia y su comportamiento final se restringe a la captura de rentas. ¿Solución? Privatizar (si acaso por una cantidad simbólica), crear cheque escolar y entregar el poder de decisión a los antiguos alumnos.
Un saludo.
Como profe asociado de una universidad española tiemblo al leerte eso de «entregar el poder de decisión a los antiguos alumnos», te digo que si ahora mismo un 5% de ellos merece la pena, cuando maduren, creo que no más de un 10% la merezcan.
Deberíamos presionar para que se recorten ellos también.
Aquí se recorta hasta lo inverosimil con tal de sostener una democracia que no existe y un estado insostenible. ¡Qué empiecen por ahí! A fin de cuentas la universidad con el rectorado y afines es fiel reflejo de los privilegios que sostiene el poder político. De eso protesta de que les aparte del banquete que venían disfrutando desde Franco y que continuaron en la transición y se consolidaron con el felipismo.
Mikel Buesa me cae gordo, no comparto la mayoría de sus artículos e incluso le pillé en algún gazapo.
Es más dramático cuando te lo cuentan de la universidad, pero yo sospecho que es la misma tónica general del país, cuando interviene la plata fiscal. Bandas organizadas para pillar del dinero de todos, y vivir a gusto, pastoreando quién entra y quién sale, sin que la eficacia ni la productividad entren en la ecuación.
Por eso, aunque no esté del todo convencido de que lo público sea necesariamente malo, si miramos por ejemplo a Escandinavia y galaxias similares, sí creo que en España la única salida pasa por achicar lo público hasta extremos inverosímiles. Sin mirar, vaya. ¿Público? ¡Cerrar! Justo lo que no van a hacer, porque nadie cierra la teta de la que mama. Y tampoco lo pueden hacer los paganos, porque la mamon-cracia tiene de democracia … lo que yo te cuente.
Ojo al mito escandinavo. En Noruega, gracias al petróleo mantienen bastante bien la ficción, pero en Suecia cuando vieron que las cuentas no salían no dudaron en implantar el cheque escolar. Resultado: Educación de calidad a un coste para el contribuyente muy inferior al español. Asunto tabú, por cierto, donde los haya.
¿Público? ¡Cerrar!
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Me encanta. 😀
Viceversear de una vez al mainstream público=bueno
¿Público? ¡Cerrar!
¿Público? ¡Caca!
¿Público? ¡Puag!
Bueh, no es exactamente así, pero después se pueden dar explicaciones.
Como idea-fuerza para oponer, está muy bien.
Ah, sí, ¡facha! ¡neocon! y tal.
Tremendamente valiente tu magnífica crítica del inmovilismo universitario.
En el fondo, es una manifestación más de la enfermedad de esta sociedad. Todos piensan que hay que recortar, pero del de al lado. Mientras tanto, siguen preguntando ¿Qué hay de lo mío?
Saludos