La pena era de hasta dos años de prisión. Negar el Holocausto, el asesinato en masa de millones de judíos a manos del régimen nazi de Hitler, era considerado parte de la ideología nazi. Y el nazismo está perseguido en toda europa. Con razón.
El Tribunal Constitucional a fallado en favor de Pedro Varela, neonazi que había presentado recurso, declarando:
1º. Declarar inconstitucional y nula la inclusión de la expresión “nieguen o” en el primer inciso de artículo 607.2 del Código Penal
2º Declarar que no es inconstitucional el primer inciso del artículo 607.2 del Código Penal que castiga la difusión de ideas o doctrinas tendentes a justificar un delito de genocidio, interpetado en los términos del fundamento jurídico 9 de esta sentencia. Fuente.
En El País, el titular de la noticia es un perfecto resumen de la “doctrina” que se escopnde tras la sentencia:
El Constitucional mantiene la pena por justificar el genocidio
El tribunal, sin embargo, anula el castigo a las doctrinas negacionistas
En Alemania no ha caído nada bien la sentencia. En el diario Die Welt se acusa a la justicia española de haberse retrotraído a la época de la expulsión de los judíos. Tras ponerse en contacto con Esteban Ibarra, presidente del “Movimiento contra la Intolerancia“, el diario alemán no duda en criticar duramente la decisión del Tribunal Constitucional. Las razones? El mismo “Movimiento contra la intolerancia” nos las expone claramente en sus notas de prensa (1, 2):
Para Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, la decisión del TC es «un paso atrás» porque será «un importante punto de apoyo para la divulgación de las tesis que niegan el Holocausto judío y ensalzan el nazismo».
Ibarra, que destacó la coincidencia de la sentencia con el aniversario de la Noche de los cristales rotos (considerada un preludio del Holocausto, la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 se produjo en Alemania la detención masiva de judíos, cuyos negocios fueron saqueados), afirmó que el pronunciamiento del TC «está fuera de su tiempo» y «causará un daño irreparable a los colectivos víctimas del nazismo».
«Vivimos un crecimiento del nazismo», explicó, «y esta sentencia podría convertir a España en un refugio para la difusión impune de propaganda nazi».
A su parecer, el delito de apología del genocidio «no penaliza un delito de opinión, sino la propaganda negadora de la principal tragedia que ha vivido Europa».
Ibarra anunció que el Movimiento contra la Intolerancia estudiará la impugnación de la sentencia del TC en las instancias internacionales y aseguró que «vamos a invitar a las comunidades afectadas a reaccionar frente a la consolidación de la propaganda del nazismo».
La Sentencia del Tribunal Constitucional, posiblemente, puede abrir las puertas de nuestro país a la propagación de las insidiosas tesis revisionistas, neonazis, que niegan que el Holocausto existió, convirtiendo al régimen de Hitler y a los falsificadores de la historia que le apoyan, en algo respetable. Presumiblemente nuestro país se podrá convertir en el centro de alojamiento nazi de Internet mas importante de Europa, con proyección internacional, especialmente hacia Latinoamérica, convirtiendo en realidad el sueño de Varela y otros distribuidores nazis que han sido condenados en Austria, Alemania y otros países europeos.
La futura sentencia podría dañar a las víctimas directas del Holocausto y a sus colectivos de pertenencia, judíos, gitanos, homosexuales, discapacitados, opositores políticos, sufriendo una segunda victimización producto de la propaganda negacionista, además de generar alarma social por la ausencia de límites penales a quienes hacen del Holocausto, buque insignia del racismo, la xenofobia, el antisemistismo y la intolerancia, su razón de ser. Finalmente la sentencia podría entrar en contracción con convenios internacionales de derechos humanos que limitan la libertad de expresión al respeto y defensa de los derechos fundamentales, por lo que Movimiento contra la Intolerancia estudiará su personación y denuncia en Tribunales e Instituciones europeas e internacionales.
La velocidad con que estamos alcanzando el más absoluto descrédito internacional es pasmosa.
Ahora alguno habrá que me diga que que esta gente está pagada por el lobby judío. Al tiempo.
son increibles algunos comentarios vertidos aqui. osea que si no estas de acuerdo con la “verdad” de los vencedores, es que eres de ideas filonazis. A mi me gusta saber la verdad de todo, aunque duela, por eso siempre escucho a las dos partes y en este caso hay testimonios incluso de judios internados en campos que ponen en tela de juicio las barbaridades tan facilmente aceptadas por otros y eso no se puede obviar simplemente porque es politicamente incorrecto. Hay una cosa que muchos olvidan, y es que la historia la hacen los ganadores, lo que quiere decir que ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos. por cierto, me hacen gracia los que a la minima van acusando de nazi, porque suelen identificarse a la perfeccion con el significado de esa palabra.
Si es delito negar el Holocausto judio, ¿Porqué no lo es negar el Holocausto Palestino?
Estoy cansado de que el Zionismo marque la tendencia política de la Historia. Yo no niego uno, pero tampoco me olvido del otro.
Que esto sirva para que mas gente pierda sus inhibiciones y se interese en contrastar las pruebas y testimonios presentados. Ya se darán cuenta – una vez más – de que toda historia escrita unilateralmente por el bando vencedor de una guerra no es mas que una sarta de mentiras. manipulaciones e invenciones.
Incluso las palabras textuales de documentos originales en Alemán se interpretan manipulativamente usando un “código secreto” pero indocumentado y que solo los vencedores parecen conocer. Por ejemplo “besondere behandlung” que significa “tratamiento especial” se traduce libremente como “exterminio”. Así es como se creó este gran mito del s. XX.
Madre mia, algunos escupen odio por la boca. Es increible que unas personas que piden la quema de libros digan que no considerar delito la investigación histórica sea “volver a la edad media”.
Me parece increible que algunos justifiquen que la Historia se deba imponer por Ley y prohibir la investigación sobre el Holocausto. Es demencial que gente que se hace llamar demócrata acepte tal postura intolerante y represiva para todos aquellos que amamos la historia y por tanto la revisión de esta.
Investigar un hecho histórico es algo natural y deseable. Los delitos de pensamiento no son admisibles en nuestra época ( a no ser que querramos regresar a la inquisición…). Ya era hora que alguien en la Unión Europea hiciera algo al respecto. Ojalá otros países sigan el ejemplo. Tres hurras por España!!!!
¡Me parece magnífico! No solo partidarios nazis niegan el holocausto, tambien judios como Aldo Dami o Allen Lesser. También decir que penar la negación mosquea mucho y da que pensar.
El breve comunicado del “partido político” del asesino neonazi
“Comunicado de la Ejecutiva de Democracia Nacional.
En primer lugar reiteramos una vez más que Democracia Nacional repudia y condena la violencia y que lamenta todas las muertes, en especial si se trata de la de un menor, algo, que indudablemente se podía haber evitado con medidas policiales efectivas que garanticen el orden y la legalidad política.”
En este caso se aplica la máxima que dice “Si un pueblo olvida su historia está condenado a repetirla”.
No olvidemos ni nuestra historia ni los peligros de las ideologías, de uno u otro sentido, que camuflan entre sus filas a asesinos.
Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es
Pues estaré encantado de leerlo y si me convences de cambiar de opinión, faltaría más.
Y no, no obvio eso. Lo que me llama la atención es que por dos veces he resaltado el hecho de que negar el Holocausto es legal, luego enseñarlo lo es, luego no veo razón desde tu posición que permita negarse a que sea enseñado (ni siquiera la ley).
Un saludo.
Yo que me estaba escaqueando del fisking al texto de EpC que tengo aquí… ya veo que no puedo:)
Te respondo en cuanto tenga dos o tres horas para escribir en un post por qué la EpC es doctrina pura y dura y no tiene nada que ver con la “explicación” de los principios constitucionales o los DDHH.
Por lo demás, decirte que obvias (no creo que deliberadamente) el hecho de que considero tan ilegal un asesinato en la calle como el que se perpetra en privado. Y por ello, es tan ilegal enseñar en la escuela que matar judíos es bueno como hacerlo en casa. Pero claro, es que los individuos, cuando están solos, somos malos malísimos 😉
Un saludo!
Luis, si me preguntas, te contesto aunque ya haya expresado mi deseo de no torcer el tema del hilo.
“Insinúas que para evitar que algún padre le enseñe a su hijo, por ejemplo, que es buenos matar judíos (es decir, a imcumplir la ley), la ÚNICA solución es algo así como EpC?”
No. Insunúo y afirmo que la máxima “Los padres eligen” que es la que usan argumentalmente los que dicen oponerse a EpC por motivos no religiosos conlleva aceptar que un padre puede educar a sus hijos en la negación del Holocausto, puesto que esa es una idea, y por tanto legal, del mismo modo que otro padre puede explicarle a su hijo que la Tierra es plana o que un señor hace 2000 años resucitó. Todas ellas son ideas legales, asunciones por fe. La última está socialmente asumida, pero en frío no deja de parecerme un disparate. La segunda es simplemente una locura, y el hijo aprenderá seguramente que su padre es tonto. La primera me parece peligrosa.
Y en todas ellas, en todo el asunto, seequivoca el objetivo. “Los padres deeciden” es como principio al menos éticamente cuestionable. No sólo por el olor a propiedad de la progenie que desprende, sino porque se obvia el derecho del menor a recibir una educación veraz. Tanto el padre que niega el Holocausto como el que cree en la Tierra plana como el que inculca valores religiosos, a mi juicio bordea cuando menos esa obligación paterna.
Ahora bien, eso son principios generales, que como les pasa a casi todos son inaplicables en la Realidad(TM). Es justo que los padres puedan decidir la educación religiosa de sus hijos, en cuanto la sociedad sigue siendo religiosa. Por tanto, aunque a efectos teóricos el padre negacionista y el padre adoctrinante en religión hacen básicamente lo mismo (negar la Historia y sustituírla por cuentos9, la cercanía del mal nazi y la cotidiadeidad de la religión hacen evidente y necesario dsitinguir ambas situaciones. Que nadie me salte con que comparo el catolicismo con el nazismo, porque no es así.
Lo que no me parece de recibo es que si bien en clase de Religión se explica la vida y milagros de los personajes relevantes de dicha creencia, y se cuenta la situación actual y el funcionamiento (y sus razones) de la institución que la sistenta, por qué en ética o en filosofía no se acaba de dar ese salto. Se habla mucho dePlantón, de Sartre, de Descartes, pero no se explica cómo influyen sus ideas a día de hoy en nuestro ordenamiento social y político. Ni tampoco se explica el funcionamiento de ambos.
“No te estarás refiriendo a una asignatura que se limite a enseñar lo que significan los derechos humanos, entre otros a la vida, desnudo de todo perfil ideológico (o sea, todo lo contrario a la EpC)?”
Luis, es que los DDHH ya son un perfil ideológico en sí mismos. Son el acuerdo de los hombres libres para reconocerse unos derechos entre sí. Pero el hombre no cumple los DDHH per se, no están escritos en nuestro código genético. Son un acuerdo libre, pero hay quienes libremente deciden no acogerse a ellos. Ejemplos en el mundo sobran.
Y desconozco en base a qué niegas ese carácter «despojado» a EpC. Hasta donde sé, sus contenidos son adecuados a aquellos DDHH que mencinabas. No he leído aún una crítica seria a ninguno de los contenidos propuestos. Ni siquiera siguiendo el enlace de tu banner.
Hablar de la Constitución es hablar de las Autonomías, de los Poderes del Estado, de la Monarquía. Y fomentar el espíritu crítico para con todos ellos, faltaría más. Pero también es hablar de lo que dice la Constitución: igualdad, solidaridad interterritorial, cohesión, unidad. Y eso implica la denuncia de estereotipos sociales que impiden el correcto funcionamiento de estos supuestos. Como por ejemplo, la homofobia. O el racismo. Se trata de explicar qué dice la Constitución respecto a dichos temas, y razonar por qué. Tal vez eso moleste a algunos.
Hablar de los DDHH implica exactamente lo mismo. Implica además hacer hincapié en conductas establecidas que contradicen esos DDHH, como la ya citada homofobia.
Si luego un padre quiere que su hijo aprenda que lso homosexuales son pecador4es, puede hacerlo. Pero el hijo tiene el derecho a recibir información veraz sobre el tema, más allá de las consideraciones espirituales que su familia le inculque.
Está claro que muchos hubiesen querido que una asignatura como esta fuera del tipo Historia, es decir, grandes y graves textos que estudiar para conocer nuestro ordenamiento de carrerilla, pero sin saber lo que dice y sin saber por qué lo dice. Yo creo que es más importante rresaltar los porqués y ayudar a levantar falsos estereotipos «negacionistas»
“O te estás refiriendo a que hay varias interpretaciones posibles del derecho a la vida? Incluso que hay unas mejores quie otras? Y si es así… es el Estado quien decide cuál es la buena?”
Sí, es así. No, no lo decide el Estado, lo deciden loscuidadanos al asumir y ratificar una Constitución, y al asumir en ella los DDHH. Con esas dos premisas, queda muy claro cuál es la interpretación que los ciudadanos consideran correcta, y por qué. Y eso legitima al representante de los ciudadanos a enseñar como parte del título oficial que otorga el Estado (con el beneplacito de los cuidadanos, que lo consideran apto para ello) esos mismos principios que los propios ciudadanos han definido como propios.
Ya ves, es la gente con su voto quien decide qué es lo bueno. Y legitima que sea enseñado como tal. Y como encima es una «definición» de bueno aacorde a DDHH, en mis ojos es moralmente superor.
“Yo prefiero quedarme con el respeto a la ley.”
Yo también, incluso con la ley de educación que incluye esta asignatura.
Yo no lo veo así. Y sigo perplejo. Insinúas que para evitar que algún padre le enseñe a su hijo, por ejemplo, que es buenos matar judíos (es decir, a imcumplir la ley), la ÚNICA solución es algo así como EpC? No te estarás refiriendo a una asignatura que se limite a enseñar lo que significan los derechos humanos, entre otros a la vida, desnudo de todo perfil ideológico (o sea, todo lo contrario a la EpC)? O te estás refiriendo a que hay varias interpretaciones posibles del derecho a la vida? Incluso que hay unas mejores quie otras? Y si es así… es el Estado quien decide cuál es la buena?
Uf.
Yo prefiero quedarme con el respeto a la ley.
Luis, lo dejo por no desviar el tema de la entrada, pero acabas de reconocer la contradicción de mi comentario 16 (no las peguntas, sino la consideración final).
La ley.
Sí, yo también me quedé perplejo.
500 EpC’s, todas legales y según elijan los padres.
¿Qué impide que un grupo de padres neonazis elijan que en el cole de sus hijos se enseñe que el Holocausto nunca existió?
??????? Me dejas perplejo.
Luis, si eso ya lo entendí cuando lo sijiste, si lo que comentaba era precisamente eso.
Negar el Holocausto es legal. Según lo que sostienes, es lícito enseñarlo a los hijos.
Eso es lo que quería comentar, no que me repitieras lo ya dicho. Pero vaya, que creo que esto es algo que te toca pensar a ti, y encontrar tú tu mismo argumento. Yo sólo tengo interés en escucharlo.
Judas, perdona pero, normalemente, no se trata de leer lo que uno quiere leeer, sino lo que pone:
Como antes habíamos quedado que enseñar a matar judíos y fusilar disidentes era ilegal, pues me ahorro más comentarios.
“Los padres eligen.”
¿Aunque elijan que sus hijos aprendan que gasear judíos o fusilar disidentes es bueno? ¿En base a qué extraño concepto de propiedad sobre los hijos piensa usted que está mal que otros les metan esas cosas en la cabeza pero es perfecto que lo haga yo mismo con mi progenie?
Mire, don Luis, que no se puede usar un argumento para criticar algo y luego obviar ese argumento cuando conviene.
Bueno, sí se puede.
Juas! Ni de coña! La EpC no debería existir en ningún caso. Lo único que te admitiría serían 500 EpC’s, todas legales y al gusto de cada centro educativo. Los padres eligen.
Pues tras ver matizar a Luis, no puedo sino estar de acuerdo. Apología es delito, negacionismo no. Y es que esto no es más que una amplificación del derecho a no declarar contra ti mismo o a mentir sobre tu coartada. El nazi dirá que los nazis no fueron tan malos, pues así se autoexculpa. Y yo le arrearé dialécticamente. Pero si el nazi llama a matar judíos, que intervenga la Justicia.
El problema es que el nazi suele mezclar ambas cosas y afirma que ellos, los nazis, no fueron tan malos porque no mataron a todos los judíos… y claro, ahí se lía.
Una última cuestión, también con ánimo acariciagónadas:
“No se puede prohibir pensar que lo mejor es gasear a los judíos, o dejar morir en una cárcel al que no piensa como yo, pero sí se puede prohibir, por ejemplo, que ese alguien enseñe a mi hijo lo bueno que es gasear judíos o fusilar a los que no piensan como él. O eso también es parte de la libertad de expresión?”
Luego usted apoya la Educación para la Cuidadanía.
????
Quién ha diho eso? Yo he planteado en el post que me parecía inoportuno despenalizar el negacionismo. Luego me explicais que se puede ser negacionista sin ser nazi ni invitar explícitamente al crimen. Mi respuesta es: de acuerdo, la libertad de expresión por encima de todo, siempre que no se incite al crimen. Termino preguntándome si defender una opción totalitaria no es al mismo tiempo tiempo incitar al crimen. Es decir, te inventas un argumento contra el que escribir unas líneas.
De falta de respeto no habla nadie aquí. Hablamos de delito. No se puede prohibir pensar que lo mejor es gasear a los judíos, o dejar morir en una cárcel al que no piensa como yo, pero sí se puede prohibir, por ejemplo, que ese alguien enseñe a mi hijo lo bueno que es gasear judíos o fusilar a los que no piensan como él. O eso también es parte de la libertad de expresión?
Un negacionista nazi no opina, defiende su tesis y adoctrina en ellas. Un comunista no opina, cree (tiene fe absoluta en) que TODOS deben pensar como él y quien no lo hace así debe desaparecer o callar para siempre. Todos defendemos aquello en lo que creemos y sobre lo que opinamos. Exactamente lo que hacemos tú y yo(no nos vamos a engañar a estas alturas de la partida!) De lo contrario, no discutiríamos nunca: yo digo que es lícito solicitar ser comido tras mi muerte, tu dices que no es lícito y nos despedimos con una sonrisa en los labios, tan neutrales como antes de haberlo discutido. Pues no ha sido así. Curioso.
Pasa que las decisiones individuales que no afectan a la vida ni a la voluntad de terceros me dan exactamente igual y creo que a la ley debería darles exactamente igual. Y pasa que tú tienes tu escala de valores y yo la mía. Según la última, para mi sí hay ideologías con un único fin: afectar a la vida y la voluntad de terceros para adaptarlas a las creencias del “opinador”. Y sí, soy partidario de perseguir con la ley cualquier intento de normalizar una idea cuyo único fin fuese doblegar mi voluntad (o la de otros) o acabar con mi vida (o la de otros).
No leas en diagonal, Iracundo, que te pierdes la mitad (creo que mi denuncia del comunismo en este blog no es menos dura que la del fascismo en cualquiera de sus formas, pero eso te lo has debido de saltar)
Salud y libertad, que de comercio sólo no vive el hombre.
Prohibir el expresar opiniones totalitarias es jurídicamente indefendible. En el contexto de un conflicto, como hecho de excepción, se pueden tomar medidas represivas contra determinadas opiniones pero no cuando vivimos en paz. No se justifica.
No se puede argumentar que la represión de la expresión de determinadas opiniones sea normal porque la represión de la libertad de expresión en un Estado de Derecho sencillamente no lo puede ser. Como excepcionalidad vale, como regla ni de broma.
Uno de los argumentos de que se dota a los nazis en la actualidad es el hecho de que se prohíban sus expresiones ideológicas pero no se prohíban las de los comunistas, que tienen en su haber, huelga decirlo, un número superior de víctimas. Tienen razón. La única diferencia práctica entre el comunismo llevado a la práctica y el nazismo es el mayor énfasis del uno en el racismo y el que aquél fuera derrotado (aniquilado) en una guerra. La historia la escriben los vencedores y todo eso… ¡Qué “martirio” más gratuito!
Siendo ello así pensemos si compensa incurrir en estas injusticias y represiones selectivas. Yo creo que no, que estas leyes exceden la competencia del legislador. Evoco las recientes palabras del señor Chavez, virtual dictador de Venezuela, de hace unas horas: “Aznar podrá ser español, pero es un fascista y eso es una falta de respeto”. La ideología no puede ser “una falta de respeto”; en todo caso lo serán actos lesivos y conspiraciones, apologías e inducciones de dichos actos. La distinción penal puede ser hecha: perseguir la opinión, por norma, es un atropello.
Añado, acaso malignamente, lo chocante que le resulta a uno el que se apoye en este blog la censura de la libertad de expresión como un acto de normalidad democrática cuando hace no mucho no se veía pega al canibalismo como libre expresión de la voluntad contractual… ¿Qué pasa?
Salud y libre comercio
CLD, hombre,
Nadie ha dicho lo contrario. Yo, desde luego, no.
La percepción que los Alemanes tienen de su propia historia (que no historiografía) es la que les impide precisamente separar negacionismo de filonazismo. Ellos también “sólo” pensaron que los judíos eran los culpables del mal en el mundo y terminaron por quemarlos vivos.
Iracundo, afirman que el Holocausto es una excusa o afirman que no existió?. Si lo primero, no son negacionistas. Si lo segundo, ya sabes lo que pienso de los fundamentalismos.
La cuestión empieza a ser interesante cuando olvidamos Hitler y sus nazis y nos preguntamos: es lícito en nombre de la libertad de expresión permitir que alguien defienda en su programa ideológico un régimen totalitario? A primeras dadas la respuesta puede parecer que es un sí inequívoco. Ahora bien, no es todo régimen totalitario un crimen contra cualquier opositior? Y si ello es así, no es lícito exigir una ley que nos protega de quienes con la palabra conminan a cometer crímenes?
Hay negacionistas judíos, no se olviden, que argumentan que el Holocausto es una excusa para el sionismo que conspiró para crear un Estado (laico) de Israel, en lugar de montar algún tenderete mesiánico y fundamentalista a su gusto…
Luis,
En realidad, yo no creo que en la práctica exista un negacionista del Holacausto que no sea al mismo tiempo filonazi. Pero las leyes no pueden regular el pensamiento, mientras éste no sea expresado. Yo puedo pensar que Ahmadineyah es un hijo de la gran puta, pero mientras no lo afirme, no se me podrá imputar por un delito de injurias. Puedo estar de acuerdo en el especial caso de Alemania, cuna del nazismo, etc, pero en todo caso, este tipo de leyes deberían tener una limitación temporal. Es decir, sinceramente creo que un día Alemania debería levantar la prohibición que pesa sobre la literatura negacionista, salvo -claro está- la que sea explícitamente inductora de cualquier tipo de crímenes.
Iracundo, CLD, Florecilla, Jose María, tras leer vuestros comentarios y desnudando de cualquier connotación apologeta la cuestión del negacionismo (reduciéndolo a pura historiografía), no me queda otra que la de daros la razón. La libertad de expresión es sagrada y eso no lo vamos a discutir.
Ahora bien. Debeis pensar que estos temas en Alemania los vemos algo distinto a fuera de Alemania. Aquí no existen los negacionistas que no son a la vez apologetas del régimen nazi.
La velocidad con que estamos alcanzando el más absoluto descrédito internacional es pasmosa.
En EEUU no es delito negar el Holocausto, tampoco lo es en Gran Bretaña. No parece que España vaya a perder o ganar nada con esta sentencia. Por mi parte me alegro, solo debe limitarse la expresión en contadísimos casos, y este no lo es. Me sorprende que “un liberal” pueda querer meter a la cárcel a alguien porque no crea que hubo cámaras de gas o que murieran 6 millones durante el nazismo.
Por otro lado es mejor cerrar el camino a tantos fanáticos que quieren amordazar a otros, ¿qué sería lo siguiente? ¿encarcelar a quien niegue el cambio climático, alegando que se defiende el “genocidio de la Humanidad”?
La mentira o el error se debe combatir con la verdad y con la luz, cualquier otra opción es criminal.
Ahora alguno habrá que me diga que que esta gente está pagada por el lobby judío. Al tiempo.
¿Te refieres a ese lobby que no existe y que de existir no tiene poder?
No seré yo quien te diga si son o no pagados por nadie, pero si me parece evidente que está peor visto (y castigado) negar el holocausto judío que negar el holocausto perpetrado por los bolcheviques.
Me confieso otro devergonzado oportunista que se apunta al carro de Iracundo. 😉
Y de hecho, me deja con la duda en su última intervención. Yo tenía entendido que el delito
de apología es siempre un delito de inducción; que te puedes alegrar públicamente de que alguien
sea víctima de un delito (por ejemplo, del timo de la estampita) siempre y cuando no induzcas
a su comisión. Personalmente me alegro de que la gente sea timada cuando intentan aprovecharse
de alguien que creen que tiene sus habilidades intelectuales disminuidas. Por eso creo que el
timo de la estampita cumple una función social útil (desplumar a los inmorales y listillos) que
es doblemente útil cuando el timador es cazado y encerrado y el timado no puede recuperar su
dinero por la razón que sea. ¿Debo confesarme por ello? Pues señor juez, me acuso de tener
pensamientos impuros
Coincido con Iracundo. He sido siempre (incluso cuando era progre, en mis años mozos) proisraelí hasta la médula, pero al mismo tiempo siempre me ha parecido contraproducente prohibir que se defienda una determinada tesis historiográfica, por absurda y repelente que sea. Para refutar los delirios revisionistas, es necesario que se expresen, que se pongan en evidencia. Condenar a los negacionistas a la clandestinidad es proporcionarles una aureola de rebeldes que estos cabrones no se merecen.
Los delitos de opinión acerca de eventos históricos son insostenibles en tanto no se interpreten como una forma de delito de injurias agravado por racismo o discriminación. Hacer un tipo penal autónomo de la negación del Holocausto es, como he dicho, algo insostenible jurídicamente. Tanto como lo es el que el Código Penal francés diga que negar el genocidio armenio es delito o que el turco califique como tal todo lo contrario (afirmarlo). Es pura represión de la libertad de expresión a mayor gloria de una mecánica legislativa demagógica francamente impresentable.
Es lógico que te causa repulsión personal un tipo que niega cínicamente la existencia del Holocausto pero se debe aceptar que tal expresión es tan libre como el afirmar que el hombre no ha pisado la Luna. Otra cosa sería, como he dicho, el que tales declaraciones se viesen acompañadas de la expresión de un deseo delictivo contra la vida de una comunidad de individuos (en este caso la judía); algo que sí puede contemplarse perfectamente como apología o inducción, según el caso, de delitos muy muy tangibles.
Hay que pulir la legislación, no llenarla de “opiniones”.
Salud y libre comercio
Iracundo, yo, que no soy jurista, entendía que el Código Penal calificaba de delito la apología del nazismo. Y considero que negar el Holocausto es hacer apología del Nazismo. Es, lógicamente, una opinión particular. Y tiene mucho que ver con mi intolerancia hacia los intolerantes, algo de lo que nos habla arriba (*).
Pues qué quieres que te diga… Yo creo que esta sentencia era algo previsible y en gran medida inevitable. Calificar de delito la negación del Holocausto es una barrabasada jurídica. El Código Penal está lleno de delitos parecidos que además de no aplicarse nunca son, a su vez, insostenibles (ultrajes a España, falta de respeto a los muertos, etc…).
Yo, como jurista, me alegro de la sentencia.
No está solo el sufrimiento físico, también está el político. Lo que pasa es que en materia de política puede darse el caso de que el sufrimiento de unos produzca el gozo de otros, lo que por fortuna no ocurre con el dolor físico o con el horror moral. En fin, hay que estar muy, perdón, bastante, jodido en la cabeza para gozarse con el padecimiento individual ajeno.
Digamos que uno de los punto de fricción en materia de dolor político es el que causa el problema de la tolerancia / intolerancia a la verdad del otro. Épocas hubo donde prevaleció la segunda y épocas hay en que parece predominar la primera. Como sin, embargo, no es al respecto oro todo lo que reluce, expongo mis tribulaciones al respecto, ya que, en este tema, por fortuna, no llego a padecer mayores pesares.
Pues bien, una apología de la total intolerancia a las opiniones ajenas genera muy mala uva o, por más fino decir, muy mala hostia, hasta en el más templado investigador de la biblioteca Widener, pues no en vano la radical intolerancia ajena suscita fobias, siendo uno de los más activos mecanismos antiinhibitorios de la “agresividazzz”. Quien haya entrenado un equipo de baloncesto cadete sabe que un punto demasiado laxo propicia desmadres y uno demasiado estrecho abrerreacciona contestación por principio.
Tras este bla, bl,a bla inicial, quiero, sin embargo, añadir a renglón seguido que al fin y al cabo, siendo hogaño tantos los ardientes defensores de un cierto tipo de verdad histórica, no parece que vaya a conmoverse ningún cimiento de ninguna institución ni a resquebrajarse pilar alguno de donde lo hubiere, si un lobito con piel de cordero aflauta la voz y bala humildemente en dirección contraria a la usual, porque, dentro de ese amplio redil al que denominan eurocracia, los corderos del consenso pueden permitir alrededor algún que otro alarde de relativa intolerancia, no solamente porque ello venga obligado a todos los eurotolerantes en un país de eurotolerancia institucional, sino también porque, dada su abrumadora mayoría, podrían reducir al discrepante con la mayor facilidad y prontitud.
Sólo a algún eurotolerante astuto se le pudo ocurrir aquella sutileza del “conviene que haya heterodosos”, pues cuando las cosas van mal, sobre el intolerante expiatorio suele depositarse la culpa colectiva, largando fuera al chivo, y hasta cabría decir que el disenso legitima a los consensuados y que conviene que haya Píos Moas para aprobar Leyes de Memoria Histórica. Al fin y a la postre la diferencia ajena refuerza la identidad propia y lo que nació insólito deviene a la larga lugar común sólito, una vez que los primeros aspavientos han cumplido su ritual oficial de denigración y dan paso a la repetición de la diferencia, ahora devenida “identidazzz”.