Ya nos enviaban desde Barcepundit a un interesante artículo sobre la evolución en Irak. Yo les traigo otro de Michael J. Totten, bloggero y periodista libre, aderezado con unas magníficas fotografías.
Para que no les quede la vista definitivamente nublada por la propaganda "demócrata" que día sí y día también inunda nuestros medios. Lean detenidamente ambos artículos.
Es la cultura de la «pelusa en el ombligo». La propia es la verdad, la ajena apesta. Siempre me pregunté por los motivos que mueven a la mayoría de las personas que conozco cuando te interrumpen en medio de una frase, cuando la discusión sólo lleva a un «tú mismo». H., has dado perfectamente en el clavo de una de las miserias de nuestra sociedad.
Lo que realmente aborrecen los españoles no es la Iglesia ni el PSOE ni el terrorismo, es leer y que les enseñen algo, y lo que mas les mola es leerse a sí mismos y enseñarse a sí mismos, ya que no necesitan del de enfrente ni para que les instruya, con lo cual no hemos mejorado mucho, en términos de sentido común, respecto de antes, cuando aquello tan nefasto del nacionalcursilerismo, en un extremo el mes de las flores, mes de María, y en el otro la letra que con sangre entra.
Lo que un hombre de consenso no puede hacer es estudiar lo que otros puedan enseñar, sino opinar a partir de la propia microexperiencia, siempre moverse en el terreno de lo subjetivo: “yo creo – y sé – que él cree que no crees lo que tú crees, ya lo sé”… a un rojo utópico que se hizo derecho en ocho añitos nadie le tiene que enseñar nada, ¿estamos? el votante siempre tiene la razón y si acaso se encuentra con alguien que sepa más que él, cosa ciertamente rara, ello constituirá al fin un trivial y antidemocrático demérito del adversario. “No me venga con esas, también mataron a mi abuelo”.
No fatiguéis al justiciero de las mujeres, por favor, no encuentra en todo el orbe de la tierra quien pudiera ponerse a su altura, de ahí que encuentre muy aburrida a la oposición, porque aburrido es el que habla de sí mismo cuando nosotros queremos hablar de nosotros; y además las cosas de derechos humanos y constitucionales le producen cefalea o cefalalgia o diarrea o dialalgia, por lo cual prefiere sacar de su propio interior las ideas con que, listo él, sabio él, ya vino al mundo convertido en un autodidacta: confederalización de «estepaís», alianza de civilizaciones, constitución europea, no al trasvase de cerebros.